“Las configuraciones arquitectónicas donde se lleva a cabo el desarrollo cultural de una ciudad -talleres, estudios de grabación, salas de ensayo, fábricas, hogares y oficinas- son, a menudo, espacios privados, invisibles y restringidos al acceso público general”. Basándose en esta premisa, Urban Backstages -una exploración realizada por la organización Theatrum Mundi que representa la primera instancia del proyecto piloto Making Cultural Infrastructure-, busca revelar cómo son las áreas dedicadas a la producción del arte, el diseño y la artesanía de la Ciudad de Buenos Aires, poniendo en evidencia la manera en que se gestan y desarrollan “tras bambalinas” las prácticas culturales de la región.
Theatrum Mundi es una organización sin fines de lucro que busca mejorar el entendimiento de las ciudades a través de la educación y la investigación, contribuyendo a la comprensión de la situación actual en la que se encuentra la arquitectura para la producción del arte y la cultura en diversos contextos urbanos. Sus estudios se basan en el relevamiento de las condiciones y cualidades de estos espacios, en una búsqueda por comprender los desafíos actuales que los mismos suponen, con la esperanza de poder ofrecer a los diseñadores y arquitectos una visión más profunda acerca de sus funcionamientos particulares. Conoce la exploración realizada en la Ciudad de Buenos Aires en palabras de Andrea Cetrulo y John Bingham-Hall, miembros de Theatrum Mundi:
Backstages de Buenos Aires
El backstage para nosotros tiene un triple significado: en primer lugar, como descripción metafórica del proceso mediante el cual distintas formas culturales se desarrollan en privado antes de alcanzar el escenario, ya sea literalmente un escenario para la actuación, u otro tipo de plataforma de presentación como el cine, una escultura en un pedestal, o las palabras en las páginas de un libro. En segundo lugar, entendemos el backstage como la configuración arquitectónica donde se lleva a cabo ese desarrollo: talleres, estudios de grabación y ensayo, fábricas, como también hogares y oficinas, que apoyan dicha producción de formas culturales. A menudo, estos espacios son privados, invisibles, o restringidos al acceso de un público general.
Finalmente, entendemos el backstage como la infraestructura para la cultura. Interpretamos las infraestructuras como aquellos sistemas a menudo ocultos, que subyacen lo que vemos en la vida cotidiana. Estos espacios son parte de la infraestructura para la cultura, e incluyen redes de comunicación, cadenas de suministro, y regulaciones que determinan cómo y dónde se produce la cultura. Claro que a menudo dicha infraestructura es puesta en escena, aunque generalmente con una intención política: la construcción de edificios emblemáticos sirve como ostentaciones de poder y herramientas de construcción identitaria nacional. Asimismo, la mayoría de veces se trata de una infraestructura imperceptible, poco grandilocuente, construida y mantenida por sus usuarios tras bambalinas.
En nuestra investigación previa identificamos tres categorías amplias de producción cultural: fabricación (making), actuación (performance) y comunicación virtual, con diferentes tipos de infraestructura para cada una. Tras visitar varios espacios en Buenos Aires, decidimos centrarnos en dos tipologías características de Buenos Aires, y en dos barrios clave para la estrategia cultural de la ciudad, entrevistando a los creadores y usuarios de estos lugares.
Infraestructuras para la Fabricación
Panal 361, Abasto
Ubicado en un antiguo edificio de oficinas de administración y gas, Panal 361 consta de tres plantas con espacios multidisciplinarios para la fabricación, utilizados por artistas, diseñadores y artesanos. En la planta baja, un espacio de exhibición vinculado con una tienda proporcionan una interfaz pública para el trabajo de los residentes. Los apartamentos residenciales ocupan los pisos superiores del edificio, a los que se accede a través de una entrada independiente, lo cual implica que no se permiten prácticas de producción ruidosas como actividades de carpintería o prácticas musicales amplificadas. Si bien la superposición de producción + vivienda en un edificio permiten obtener un máximo provecho de este espacio de backstage dentro de un vecindario denso, la desventaja es que limita notablemente los tipos de actividades que pueden realizarse. Panal es un espacio para fabricantes con un buen grado de estabilidad, privacidad y protección que les permite a los residentes concentrarse en su trabajo.
Museo de Arte Contemporáneo de La Boca (MARCO)
Este museo fue diseñado y proyectado como una estructura temporal. Precediendo su emplazamiento actual, el mismo se ubicaba debajo de un viaducto situado entre el puerto industrial en funcionamiento y el centro cultural Usina del Arte en La Boca. Además de espacios de exposición, el mismo ofrece residencias por períodos de 6 meses con plazas para 5 artistas visuales, proporcionándoles un taller y la posibilidad de mostrar su trabajo en el área de exhibición principal del museo. La estética de MARCO se asemeja a un showroom automovilístico, con una fachada de vidrio que invita a los transeúntes a ser espectadores del trabajo expuesto y de los propios artistas -mientras los mismos se encuentran trabajando en sus estudios individuales-. Como respuesta a esta exposición, algunos artistas resolvieron utilizar sus lienzos y estanterías para cubrir las ventanas y tener mayor privacidad. Poner la producción en escena y facilitar la visibilidad de los artistas, tanto a nivel local como internacional, permite animar el paisaje urbano y promover la seguridad en el área.
Infraestructuras para la Actuación
Galpón Catalinas Sur, La Boca
Galpón Catalinas Sur se estableció en 1983 como un teatro comunitario autofinanciado y autogestionado, con el propósito de sanar el tejido social del vecindario. Fue iniciado por Adhemar Bianchi como un espacio de actuación al aire libre, quien luego adquirió el actual edificio en el año 2001 siguiendo la crisis financiera y el declive de las industrias locales, que dejaron fábricas vacías y disponibles para su ocupación. En línea con el espíritu de bricolaje, los escenarios y los trajes de teatro se crean internamente, con un gran taller de carpintería en el piso superior invisible para el público, lo que significa que Catalinas Sur es una infraestructura para el rendimiento, pero también para la fabricación de objetos que expresan la cultura y la vida local, además de proporcionar actividades especializadas para los vecinos. La decisión de permanecer en La Boca está fuertemente vinculada a una afinidad con la identidad predominantemente de la clase trabajadora del área.
Espacio Callejon, Abasto
Este pequeño teatro era una fábrica de bombillas de mate que fue adaptada por la arquitecta Alicia Leloutre. El acceso al mismo se realiza a través de un callejón estrecho, señalizado con un simple cartel en la entrada -que pasa bastante desapercibido-. Actualmente, el teatro realiza un promedio de 6 producciones por semana y cuenta, a la vez, con un íntimo bar interno en el que se celebran reuniones. Como es el caso de muchos teatros independientes en el área, los mismos propietarios son programadores, productores y dramaturgos, lo cual es algo que no suele suceder en los teatros grandes y con inclinaciones comerciales. En teatros pequeños como este, la producción y exposición se dan a menudo en el mismo espacio pero en diferentes momentos: ensayos durante el día y actuaciones por la noche. La parte trasera solo ofrece espacio suficiente para un sector de maquillaje y disfraces; la indumentaria debe producirse en otro lugar.
La versión completa y extensiva de la publicación “Urban Backstages: Buenos Aires” puede adquirirse en formato físico o digital a través del siguiente enlace. Puedes conocer más sobre el trabajo de Theatrum Mundi ingresando a su sitio web o a sus redes sociales.
- Texto y Traducción: Andrea Cetrulo.
- Colaboración: John Bingham-Hall
- Dibujos: Cecily Chua
